POEMA 7

[FE****]

Cadenas que nos atan.
Cadenas que nos imovilizan.
Cadenas que nos pervierten.
Cadenas que nos atenazan.
Cadenas que nos atemorizan.

Eslabón a eslabón,
viejas cadenas hemos forjado,
hemos añadido valores,
sentimientos, éxitos y fracasos,
desde muy jovenes las arrastramos.

Otras cadenas nos unen,
a lugares, personas, sentimientos ...

Todas estas cadenas forman parte de nosotros.
Nos conforman como personas.
Atan nuestro diablo interior y
hacen que seamos personas y
no simples salvajes sin guía y
a voluntad de sus instintos ***es.

En mi caso el diablo interior,
a veces, logra desatar una mano o
un dedo para iniciar una escalada
de perversión que deja un regusto
amargo al no tener
con quien compartir esos momentos.
Y con eso forjo un nuevo eslabón.

En nuestra juventud,
el peso de las cadenas, liviano es
pero cuando nos vamos haciendo
más y más mayores sentimos que
el peso de las cadenas aumenta.

Cada día las cadenas crujen,
oxidadas y sin brillo, faltas de
lubrificación mientras en marcha
nos ponemos a diario.

Ellas son las que nos conforman
como personas y nos impiden
ser loa ***es que
eran nuestros ancestros.